Revista JEZREEL
Hno. Trinidad Alcorcha

***Sección Oración***

EL AYUNO

AYUNAR:

Es dejar pasar cierto tiempo sin comer alimento y sin beber agua; especialmente, por razones espirituales.

Esta practica, con grande potencial espiritual, tristemente ha estado fuera de "moda", al menos en las iglesias de occidente. La idea de que alguien ayune, hoy en día, parece cosa extraña a la mayoría de los cristianos de este nuevo siglo. Lo asocian con el cristiano de épocas pasadas o con los sectores conservadores de la iglesia; o creen que está limitado a creyentes que tal vez sean un poco extremos o fanáticos en su manera de ser.

Otros relacionan, erróneamente, el ayuno con el permanecer hambrientos durantes cierto tiempo y temen que pueda ser perjudicial para su salud. En forma casi instintiva se oponen al ayuno.

Para entender este tema es necesario leer la Palabra de Dios, y tal vez el cristiano se sorprenda al comprobar que la Biblia nos enseña por medio de ejemplos y reglas de conducta el valor de esta práctica seriamente espiritual.

Hay grandes Santos de Dios que ayunaron.
Tenemos a Moisés (Éxodo 34:28) ayunó cuarenta días y cuarenta noches, no comió pan, ni bebió agua cuando el Monte Sinaí escribió en tablas las palabras del pacto, los diez mandamientos.

Relata el pasaje bíblico que el rostro de Moisés resplandecía después que hubo hablado con Dios; los hijos de Israel miraron a Moisés y tenían miedo de acercarse a él, Moisés puso un velo sobre su rostro para hablar al pueblo y decirles lo que se les había mandado.

Este es sólo un ejemplo, pero también ayunaron: David; Elías, el profeta; y Daniel, el vidente. Ayunaron Nuestro Señor Jesucristo, ayunaron loa apóstoles; en la iglesia primitiva el ayuno tenía su lugar.

Todos ellos y muchos más entran en la lista de aquellos intercesores que ayunaron y oraron.

Hermanos, quiera Dios despertar a muchos de su pueblo a reconocer las posibilidades espirituales que se hallan latentes en el ayuno escogido por Dios; y así ver la importancia que tiene, quizás más de lo que la mayoría de nosotros creemos.

Tratemos, con la ayuda de Dios, ejercitar el ayuno con un corazón puro y animado por motivos sanos ya que es una arma espiritual provista por Dios para ayudarnos a "derribar fortalezas"; y también porque "entonces invocarás, y te oirá Jehová".

DIOS LES BENDIGA

Anterior

Siguiente