Revista JEZREEL
Hno. Trinidad Alcorcha

***Sección de Oración***


LA ORACIÓN ES EL ARMA MÁS GRANDE QUE DIOS NOS HA DADO


Ganar almas es un trabajo emocionante que necesita mucha dedicación y esfuerzo. Este trabajo nos pone en conflicto directo con Satanás y los poderes de las tinieblas Cada preciosa alma que se gana para Cristo es un alma arrebatada de las manos de Satanás; esto lo enfurece en gran manera e inmediatamente arremete contra el cristiano.
Debemos comprender que la vida cristiana lleva en sí misma una tremenda guerra espiritual. Cuando tenemos a Cristo en nuestro corazón, hasta entonces percibimos que dos reinos están en guerra: el reino de Dios y el reino de Satanás. ¡La batalla es por las almas de los hombres!.
Los cristianos tienen parte en esta guerra. Nuestra parte consiste en que seamos buenos soldados que Dios pueda usar en la batalla contra Satanás.
Los hijos de Dios usamos armas espirituales. El arma más grande que Dios nos ha dado es la oración, porque la oración suelta el poder de Dios. Cuando oramos Dios actúa. Dios dice en su palabra "Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces." (Jeremías 33:3).
Los cristianos tenemos que orar porque sin la oración sencillamente no podemos vivir la vida cristiana. Además es importante recordar que:

  • Por medio de la oración podemos hablar con Dios.
  • Con la oración estamos adorando a Dios.
  • Con la oración estamos participando en lo que es de Dios.
  • Por medio de la oración obtenemos las cosas que necesitamos.
  • Por medio de la oración atamos el poder de Satanás.

Dios usa nuestras oraciones en la batalla contra Satanás. La oración no es un rito, ni una representación de actitudes. Es solamente un asunto personal entre tú y Dios. Decide orar aquel cristiano de corazón sincero, que se arrepiente de ofender a Dios, que le duele ver sufrir a los demás, aquel de corazón limpio que busca la armonía entre los hombres y Dios; además de verse a sí mismo como pobre de espíritu que depende con mansedumbre de Dios padre. Un hombre arrogante, autosuficiente, que se afana en depender de sus propias fuerzas es un hombre que no usa la humilde oración para estar participando en los asuntos de Dios. Hermano, haga oración y verá la Gloria de Dios en su vida; todos sus asuntos serán sanados y usted estará más diligente para servir a Dios y al prójimo. Elija usted sus propias palabras, converse con Dios con humilde oración y Él actuará poderosamente. En este mundo tan necesitado, tan lastimado y enfermo, haga oración para que Dios actúe.

Que Dios los bendiga.

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