Amados hermanos: Definitivamente no tengo palabras para describir la experiencia vivida en los últimos días.
El día 7 de febrero, visitando a nuestra hermana Fernanda no pude más, le exprese el dolor que sentía y que por esa razón me tenía que retirar, me fui a la casa de ustedes, me acosté y a partir de allí no me levante más, y si lo hacía no soportaba el dolor, al día siguiente a eso de la 5:30 de la mañana, no pudiendo más, mi esposa y yo nos fuimos al hospital del IMSS y todo el día con medicamento para el dolor que no pudieron quitarlo.
Ya en ambulancia regreso el día martes 12 al hospital, según yo solo iba a consulta, pero al revisarme el traumatólogo creyó conveniente realizar unos estudios urgentes (Mielografía y tomografía) y al ver los resultados, me dice que no hay otra alternativa, "cirugía" y me programó entonces para el día
jueves 14.
Hermanos; siempre me he reconocido en mi propia naturaleza como una persona muy cobarde, y ante la necesidad de estar hospitalizado, mi cerebro se complicaba las cosas, pero gracias a Dios que en ningún momento me sentí solo, desde el mismo martes 12 que llegué en ambulancia al hospital, comencé a sentir la presencia de Dios de una manera muy maravillosa, el me dio la gracia ante el médico quien me trató perfectamente bien en su ética y vocación profesional, me refiero al Dr. Carlos Alberto Montoya, a quien Dios usó para mi bendición en un momento sumamente difícil de mi vida, (físicamente y moralmente). Ese mismo día también muchos hermanos de la Iglesia Bautista Central al enterarse acudieron al hospital a acompañarme.
Gracias a Dios en ningún momento me sentí solo, Dios estuvo ahí, mi familia y la iglesia.
Apenas amanecía el día 14 de febrero, fecha que me operarían, ya comencé a sentir la presencia de Dios, que entraba hasta por la ventana y cuando yo creía que sería una mañana difícil, Dios me fortaleció de una manera muy especial, de tal modo que llegan por mi para llevarme al quirófano, mi Señor se mostró maravillosamente, que cuando me metieron a la sala de operación pude hacerlo cantando "Que sería de mi sino me hubieras alcanzado", Dios me concedió testificar en la sala donde estuve hospitalizado, en rayos X y en el mismo quirófano.
AGRADECIMIENTOS
- A Dios mi Padre Celestial.
- Al Espíritu Santo mi Consolador y Fortaleza.
- A Cristo mi Salvador y Señor.
- A mi Esposa que siempre me acompañó e Hijos por su preocupación desmedida.
- A mis Padres y Hermanos que siempre estuvieron allí.
- A la Iglesia Bautista Central por sus oraciones y muy especiales muestras de amor y cariño y afecto, además por su preocupación y todas las atenciones para conmigo y mi familia, por todo esto y más
" A DIOS SEA LA GLORIA"
PASTOR SERGIO FAVELA GALLEGOS.