Revista JEZREEL
Hna. Damaris Ochoa


UN FRASCO DE BOCA ANCHA

Un asesor de empresas quiso sorprender a los asistentes de una conferencia. Tomó un frasco grande de boca ancha, lo puso sobre la mesa junto a una bandeja con piedras del tamaño de un puño y preguntó: - ¿Cuántas piedras piensan que caben en el frasco? y empezó a meter piedras hasta que llenó el frasco. Luego pregunto: - ¿Está lleno?. Todo el mundo miró y asintió. Entonces sacó un cubo con piedras chiquitas, metió parte en el frasco y lo agitó. Las piedritas ocuparon el espacio que quedaba entre las piedras grandes. El experto sonrió y preguntó: -¿Está lleno?. Esta vez los asistentes dudaron: -Tal vez no. !Bien! Y puso en la mesa un cubo con arena que comenzó a volcar en el frasco. La arena se filtraba en los pequeños huecos libres. -¿Está lleno? -preguntó de nuevo. -! No! -exclamaron los presentes. -Bien -dijo, y tomó una jarra con agua que comenzó a verter en el frasco. Todavía había espacio libre. -Bueno, ¿qué hemos demostrado? -preguntó. Uno de los presentes respondió: -Que no importa lo llena que esté tu agenda, si lo intentas, siempre puedes hacer que quepan mas cosas. -!No! -respondió. Lo que enseña la lección es que si no colocas las piedras grandes en primer lugar, nunca podrás colocarlas después. ¿Cuáles son las grandes piedras de tu vida?..... ¿Dios? ¿Tus hijos? ¿Tus amigos? ¿Tus sueños? ¿Tu salud? ¿La persona amada? ¿La espiritualidad? Ponlas primero... el resto se acomodará.
¡Que tengan un buen día!

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