Revista JEZREEL
Hna. Damaris Ochoa

ASAMBLEA EN LA CARPINTERÍA


Cuenta que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias, el martillo ejercio la presidencia, pero la asamblea se molestó de que tomara el liderazgo y le notificaron que tenía que renunciar.
¿La causa?... hacia demasiado ruido y además se pasaba el tiempo golpeando; el martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo, dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo, Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija, hizo ver que era muy aspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás y la lija estuvo de acuerdo, a condición que fuera expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto. El metro estuvo de acuerdo, pero con la condición de que fuera expulsada también la sierra que se la pasaba recortando a otros...
En eso, entró el carpintero se puso el delantal e inicio su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el metro , el tornillo y la sierra, finalmente la tosca madera se convirtió en un hermoso mueble. Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó su deliberación.
Fue entonces cuando tomo la palabra el serrucho, y dijo: Señores, ha quedado demostrado que todos tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras "cualidades", eso es lo que nos hace valiosos, así que ya no pensemos en los aspectos malos de otros y concentremonos en la utilidad de sus aspectos buenos. La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unia y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limpiar asperezas, y que el metro era preciso y exacto y la sierra servía para cortar la madera y convertirla en las partes de un mueble fino. Se sintieron entonces un equipo capaz de producir muebles de calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos.
¿Ocurre lo mismo con los seres humanos?. Observen y lo comprobaran cuando en una congregación los servidores buscan los defectos en los demás, la situación se vuelve tensa y negativa. En cambio, cuando nos tratamos con sinceridad de ayudarnos y procuramos percibir los puntos fuertes de los demás, es ahí donde florece los mejores logros en lo espiritual y se manifiesta lo mejor de cada uno.
Es fácil encontrar defectos en los demás, pero se nos dificulta procurar ayudar a otros en sus necesidades y encontrar cualidades, necesitamos ver a los demás como Cristo los ve. Ya que Él siempre nos brinda una oportunidad para cambiar y serle utiles.

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